
Suelos Sanos: BIOFACTORÍAS

Al Canal Congreso Contestamos: "Sí, es posible un Agro Amigable con el Medio Ambiente".

Producir alimentos en entornos urbanos que permiten obtener cosechas vegetales, aun sin disponer de tierra.
Un Centro de Innovación, Investigación y Transferencia de Tecnologías para el Desarrollo del Agro y del Turismo Rural, es la Finca-Escuela.
Este concepto concebido por la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico, Swisscontact Ecuador, es la mejor metodología que hemos conocido para capacitar en el sector rural porque es un Aprender-Haciendo in situ de manera guiada, tácnica, práctica y sencilla que deja instalado el conocimiento en los agricultores.
La finalidad de la FINCA ESCUELA es proporcionar transferencia tecnológica acorde con la innovación agrícola que conduce a mejorar la calidad, incrementar los rendimientos por hectárea y proporcionar el conocimiento teórico-práctico que el agricultor requiere para conseguir cosechas productivas, eficientes, rentables y competitivas.
Los rendimientos de los productores agrícolas colombianos son muy bajos y estas dos fotos nos ilustran claramente cuál es la razón. Obsérvese en la composición gráfica de abajo, a la izquierda el cultivo tradicional y a la derecha el cultivo con innovación:
Las últimas estadísticas FAO, registran que en Maíz el rendimiento promedio colombiano es de 4,1 t/ha, mientras Chile cosecha 10:8 t/ha, Estados Unidos 11,1 t/ha (2,6 veces más), Israel 22,6 t/ha (casi cinco y media veces).
Estos rendimientos inferiores tienen consecuencias muy serias en lo económico, social y ambiental. Desde el punto de vista económico solamente, si se practica con todo el conocimiento y aplicando todas las innovaciones para conseguir que sea eficiente, rentable y competitiva, es decir, cuando el agricultor tiene rendimientos altos (competitivos), genera impacto favorable en la economía, en la de su familia, en el comercio de su entorno y en el dinamismo de la economía local, la de su municipio.
Cuando sus rendimientos son tan bajos que no consigue utilidades o produce pérdidas, simplemente no genera movimientos favorables.
Visto desde el ángulo social, solamente cuando se genera el conocimiento necesario para que los agricultores sean actores competitivos, es posible afianzar la seguridad alimentaria, proteger los puestos de trabajo rurales y conseguir la permanencia del agricultor en los lugares donde produce alimentos para satisfacer las necesidades de la sociedad urbana y rural.
Desde el punto de vista ambiental, la productividad agrícola desempeña un papel determinante y crucial. Si se tienen rendimientos altos (más toneladas por hectárea), se utiliza menos superficie para obtener la misma cantidad (toneladas, kilos, etc.) del producto cosechado. Es decir: Más cantidad de producto en menos hectáreas (eficiencia). Partiendo de las estadísticas FAO, para cosechar 100 toneladas de maíz, Israel solo emplea 5,8 hectáreas, mientras Colombia utiliza 24,3 hectáreas (más del cuádruple).
Utilizar menos superficie para conseguir mayor cosecha es también muy importante, si se tiene en cuenta que en la misma medida que se reduce la superficie, se ahorra también el recurso hídrico, lo cual mejora, más aún cuando la fertilidad se realiza con insumos orgánicos, ya que los componentes químicos tienen la particularidad de degradar los suelos y contaminar las aguas, tanto las de riego como las de consumo humano.
Con Fríjol, una de las especies más importantes de la seguridad alimentaria, teniendo en cuenta su valiosísimo poder nutritivo, sucede algo parecido, Canadá rinde 2,7 t/ha, Estados Unidos 2,3 y Colombia 1,4 (Casi la mitad), En términos ambientales, Mientras Canadá emplea 38 hectáreas para cosechar 100 toneladas Colombia utiliza 74 (el doble). Obsérvese en la foto de arriba un cultivo en FINCA-ESCUELA, a la izquierda fríjol con innovación (Riego localizado, acolchamiento de suelos, etc.), a la derecha el testigo cultivo tradicional.
El plátano que en Guatemala se obtiene con un rendimiento de 24:3 t/ha y en República Dominicana 23,0 t/ha en Colombia apenas arroja 9,3 t/ha, lo cual significa que mientras Guatemala y República Dominicana cosechan 100 toneladas en 4 hectáreas, Colombia destina más de 10 (2 y media veces). En la foto de arriba, vemos un cultivo de plátano con innovación (Finca-Escuela) en Buga, Valle, Corregimiento Monterrey, Granja Villa del Lago.
Tomate: Países Bajos rinde 410 t/ha, y Colombia 51,6 (la octava parte). En términos ambientales, Mientras Países Bajos emplea 0,2 (la quinta parte de una hectárea) para cosechar 100 toneladas Colombia utiliza 1,9. En la foto de arriba, tomate cultivado bajo invernadero en Quito, Ecuador y téngase en cuenta que una de las técnicas de la Finca-Escuela es involucrar al agricultor en las innovaciones que permiten obtener cosechas abundantes, con racimos completos, como este:
Este escenario deja claro que la producción agrícola colombiana necesita que se le transfieran las innovaciones que han dado lugar al mejoramiento de la calidad y los rendimientos, Inicialmente se realiza un diagnóstico técnico del predio y a su vez se analiza dicha información para diseñar el trabajo, estipulando los sistemas de producción con su respectiva área de establecimiento y así determinar con precisión su inversión y costos de administración y proceso formativo.
“La Finca-Escuela no es un ensayo o una prueba. Las Fincas-Escuela que se implementaron para la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico, a las que nosotros (T.P.AGRO y EcoTrópico) les aportamos la capacidad técnica y somos los responsables de su ejecución en todas las etapas”. “Hoy en día hay plásticos de acolchamiento de suelos Biodegradables producidos con harina de maíz, con almidón de yuca o con papa, éstos se quedan incorporados y se degradan naturalmente en el suelo”
En la misma finca donde se vienen obteniendo rendimientos por debajo de los estándares competitivos a nivel local o internacional, con estos conocimientos puestos en práctica, se aumenta significativamente la productividad y los productores se transforman en actores eficientes, rentables y competitivos.
Después de la exitosísima FINCA-ESCUELA de Plátano y Banano en la Granja Villa del Lago de Buga, Valle (Corregimiento Monterrey) de propiedad de Luis Fernando Pérez, ya está implementándose un conjunto de Fincas-Escuela en el Quindío que abarcan desde hortalizas variadas hasta flores, aromáticas, medicinales tecnificadas. Asimismo en puntos estratégicos del Valle del Cauca, están en proyecto dos, que como las del Quindío, están enfocadas también a fortalecer el AgroTurismo de lo cual vamos a publicar en una próxima crónica.
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